Tengo la inmensa suerte de trabajar en lo que me apasiona. Empecé un poco de casualidad a los 20 años y, desde entonces, no he dejado de formarme y de evolucionar.
Disfruto la fotografía social, saber que estoy ayudando a crear recuerdos imborrables, hace que sea exigente y crítico con mi trabajo y con el de mi equipo.
La complicidad y la confianza de mis clientes – amigos- es mi satisfacción pues cualquier evento pasa por una serie de fases de las que me gusta mucho formar parte.
Mi forma de trabajo consiste en escuchar al protagonista del evento: parejas, niños, bebés, sus padres... empatizar con ellos y saber qué esperan de su día especial para ayudarles a que lo guarden para siempre.
Estoy deseando escuchar lo que tú me quieras contar…